SACRIFICARON LA VIDA POR LOS PRÓJIMOS
La familia Ulm perdió heroicamente la vida por ocultar a los judíos
El 24 de marzo de 1944 en Markowa, uno de los miles de pueblos ocupados por los alemanes, sufrió un hecho conmovedor. Por esconder a los judíos la familia polaca de Józef y Wiktoria Ulm fue fusilada. Diecisiete personas, entre ellas ocho niños, murieron sólo porque eran judíos y polacos que se atrevieron a darles una ayuda prohibida.
En el periodo de entreguerras Markowa fue uno de los más grandes pueblos de Polonia. En el año 1931 tuvo 931 casas, en las que vivían 4.442 habitantes. Entre ellos, la gran mayoría eran católicos. En Markowa también vivían alrededor de 120 judíos (cerca de 30 familias).
Cuando Polonia fue ocupada, los alemanes crearon una nueva división administrativa. Para mantener el "orden" en las zonas rurales y en las ciudades pequeñas se envió, entre otros, a la gendarmería militar.
Durante la ocupación alemana, los judíos fueron privados de todos sus derechos. Les obligaron a realizar diversas obras duras a beneficio del ejército ocupante; no podían hacer su trabajo, ejercer sus profesiones. Pronto se empezaron a fundar guetos. Durante el verano y el otoño de 1942 los alemanes mataron a la mayoría de los habitantes judíos de Markowa. El lugar donde se enterraba a los animales muertos fue simultáneamente el lugar del crimen. Sobrevivieron sólo los judíos que antes se habían escondido en los hogares campesinos.
Hogar doméstico
Una de las familias que había optado por tomar una decisión heroica para ocultar a los judíos fue la formada por Józef y Wiktoria Ulm. Józef, nacido en 1900, era bien conocido en todo el pueblo. Talentoso en muchos campos, era el primero en Markowa en dirigir una escuela de árboles frutales. Promovió el cultivo especial de hortalizas y frutas, un hecho poco habitual en aquel tiempo. Pero sus métodos agrícolas innovadores han sido conocidos no sólo en este campo.
Józef tomaba parte también en las actividades sociales. Era muy activo en la Asociación Católica de la Juventud, y más tarde trabajó en la Organización de la Juventud Rural, en la que fue bibliotecario y fotógrafo. Su gran pasión era la fotografía: hizo miles de fotografías, conservadas en gran medida hasta el día hoy. También existen fotos originales de Józef, de un hombre guapo con un traje, corbata y sombrero, cuyo rostro muestra un hombre inteligente y sensible.
Su futura esposa fue la hija menor de Jan y Franciszka Niemczak, Wiktoria, nacida en 1912, como la séptima hija. Su madre la dejó huérfana cuando tenía seis años, su padre tampoco vivió para ver a su hija casada, murió un año antes de la boda con Józef.
El matrimonio fue bien escogido: sentían afecto y respeto entre sí. Pronto tuvieron descendencia. Durante siete años de matrimonio tuvieron seis hijos: Stasia, Basia, Władzio, Franuś, Antoś y Marysia. Wiktoria era ama de casa; en una de las fotos se puede ver cómo dibujaba o escribía en los cuadernos de los niños, en otra está rodeada por una multitud de hijos bien cuidados.
Una decisión difícil
No está claro cuándo (probablemente, en el segundo semestre de 1942), y cómo fue que en la casa de Ulm se encontraron ocho judíos: cinco hombres procedentes de Łańcut, de apellido Szall (un conocido ganadero con sus hijos); y tres vecinos cercanos a la casa familiar de Józef: Gołda y Layka Goldman, esta última con una pequeña hija.
También es difícil determinar qué motivos guiaron a la familia Ulm para cobijar a gente judía en su vivienda. Józef era conocido por su cariño hacia los judíos. Probablemente fue impulsado por su amor a los demás, la compasión y la conciencia del destino de los judíos si no recibían su ayuda.
¿Qué pasó y cómo los alemanes descubrieron el escondite? La familia Szall, ocultada en la casa de Ulm, antes de comenzar la Segunda Guerra vivía en Łańcut. Eran conscientes de la inminente "solución final de la cuestión judía", por eso empezaron a buscar un refugio. Les prometió ayuda Włodzimierz Leś, el policía de Łańcut. Él vivía en las afueras de Łańcut, cerca de la casa de Szall, con quienes antes de empezada la guerra se llevaba bien. Él les ayudó a esconderse de los alemanes. Sin embargo, cuando la situación se agravó, la familia Szall fue obligada a buscar otro refugio. Entonces se dirigieron a casa de los Ulm, los amigos de Markowa, que les escondieron. Pero los Szall todavía importunaban con visitas inesperadas a Włodzimierz Leś, buscando el apoyo de él, porque probablemente en su casa había quedado una parte considerable de sus bienes. Debido a que Leś se negó a ayudarles, ellos trataron de recuperar su propiedad o tomar en consideración sus otras fortunas. Según muchos indicios, en aquel entonces Włodzimierz Leś decidió traicionarles, revelando a sus colegas de la policía alemana el escondite de la familia judía.
Gracias a los bien conservados actos del procedimiento judicial perpetrado por uno de los autores, Joseph Kokott, se pudo determinar con precisión el curso del crimen cruel.
El crimen
Los testigos oculares de otros fusilamientos eran conductores de carreta que fueron obligados por los alemanes “para ver qué castigo pueden encontrar todos los que ocultan a los judíos”. Uno de los carreteros, Edward Nawojski, dice que vio cómo sacaron de la casa a los dueños –a Józef y Wiktoria Ulm– y les dispararon. El testigo dijo: "Durante el fusilamiento se oían gritos horribles, el lamento de la gente, los niños llamando a sus padres que ya habían muerto. Fue un espectáculo conmovedor."
Después de disparar a los padres, los gendarmes comenzaron a preguntarse qué hacer con los niños. Después de consultar a los demás, Dieken ordenó dispararles. Nawojski vio que tres o cuatro niños fueron fusilados por Joseph Kokott. Las palabras de este último hombre, proferidas en idioma polaco a los carreteros, quedaron grabadas profundamente en la memoria de Nawojski: "Mira cómo mueren los cerdos polacos que guardan a los judíos". Murieron: Stasia, Basia, Władzio, Franuś, Antoś, Marysia y un séptimo hijo aún en el seno de Wiktoria, unos días antes del parto. En una decena de minutos los criminales alemanes mataron a diecisiete personas.
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Después de la Segunda Guerra Mundial, el 10 de septiembre de 1944 se ejecutó la sentencia a Włodzimierz Leś: éste fue asesinado en Łańcut.
Joseph Kokott fue encontrado en 1957, en la antigua Checoslovaquia. En 1958 un tribunal de justicia de la ciudad de Rzeszów lo declaró culpable de numerosos asesinatos y lo condenó a muerte.
La familia Ulm fue honrada con la medalla de los "Justos entre las Naciones". Y en agosto de 2003 se inició el proceso diocesano de beatificación de la familia